El viejo pueblo de Blechite tiene una gran historia, pero empezaré por la segunda mitad del siglo VIII. Grupos tribales de bereberes clientes de la dinastía Omeya, se asentaron en la zona para poder controlar la ruta de Montalbán yTeruel hacia la costa, que enlazaba también con el eje Molina-Guadalajara-Toledo. Las fuentes árabes narran la recuperación de la presa romana de Almonacid (Al-Munastir) para poder controlar el agua que hacía fértiles las tierras.
En 1117-1118 una gran ofensiva militar organizada por Alfonso I el Batallador (para conquistar Zaragoza) tomó la ciudad en ese entonces conocida como Balsar, con ejércitos cristianos franco-aragoneses. Al ver que era un gran punto estratégico y productivo. En 1119 expulsó el gobierno, para regular la vida y atraer a nuevos pobladores. Belchite se convirtió en centro neurálgico para controlar los territorios musulmanes. Se perdonaron faltas anteriormente cometidas, otorgando a los nuevos pobladores ventajas terrenales y espirituales. Galindo Sanchez fue el primer señor y tenente de Belchite. Aún así, la mayor parte de la población era islámica dedicada a la agricultura. En 1122 se creó la Cofradía militar de Belchite (primera de las ordenes religioso-militares creada en Aragón a imagen de las de tierra santa), la orden se mantuvo activa e independiente hasta su fusión con la orden del Temple.
Durante la Edad Media Belchite continuó siendo próspero en la producción agrícola, así como centro administrativo y económico de la amplia comarca. En 1430, pasó de estar bajo el control de la casa de la Luna a formar parte de la corona de Aragón, pero en 1432 Belchite fue vendido por la reina María, esposa de Alonso V, al ducado de Hijar, pasando de patrimonio real a señorío secular.
En 1611 la expulsión de los moriscos, causó una importante pérdida demográfica, pero para ello se creó una nueva carta de población para atraer a nuevos vecinos.
Durante la era moderna, Belchite fue una de los municipios más importantes de Aragón , durante esa época se realizaron varios monumentos, entre ellos la iglesia de San Martín y San Agustín, Torre del Reloj, Convento de San Rafael, el seminario, ermita de la Virgen del Pueyo o las puertas que daban la entrada a la Villa.
Durante el siglo XIX Belchite dejó su prosperidad, para sumergirse en una época bélica.
Durante la Guerra de la Independencia dada la complicada situación de Zaragoza, Palafox se asentó en la Villa el 16 de junio de 1808 con un único objetivo, reunir nuevas fuerzas y preparar nuevos frentes de guerra al ejército francés. El 18 de julio, después de la derrota en días antes en María de Huerva y Botorrita, los ejércitos españoles presentaron batallas desde el entorno de El Calvario hasta el Pueyo y la Puebla de Albortón, siendo de nuevo derrotados. Años después dentro de otro episodio bélico zaragozano, Belchite volvió a encontrarse involucrado. En 1838, estando dentro de la línea de avance carlista al mando de Juan Cabañero Esponera, tuvo lugar otra batalla en Belchite, previo al intento de entrada en Zaragoza.
Aunque de toda la historia bélica de Belchite, la más importante y reciente fue la Guerra Civil Española. En junio de 1937 el estado mayor republicano, preparó una ofensiva con el fin de evitar la caída de Bilbao en las manos del ejército franuquista, para ello se dispusieron una serie de avances sucesivos, primero desde Huesca, seguidamente, desde Belchite y posteriormente desde Teruel. El general Rojo dispuso un contragolpe estratégico, para ello dispuso de un gran número de efectivos a lo largo del extenso frente de Aragón, contando con el factor sorpresa que en otras ocasiones habían resultado con éxito. El 24 de agosto empezó la ofensiva de Belchite, el objetivo era realizar un avance rápido sobre Zaragoza para intentar ocuparla y así provocar el desplazamiento de las tropas franquistas desde el norte.
Eran 80000 hombres divididos en cuatro agrupaciones principales. Su objetivo era rodear y ocupar Zaragoza desde varios frentes: por el norte desde Zuera, más hacia el sur desde Farlete hacia Villamayor, por el este desde Quinto y Pinar; Por otra parte y con la mayor cantidad de fuerzas, otro amplio sector cubría Quinto, Belchite, Medina y Fuentes. Esta ambiciosa operación no tuvo los resultados esperados, principalmente falló el factor sorpresa que aunque se realizó de noche, fracasó por la falta de coordinación entre todos los frentes, la inexperiencia de las tropas, fallos de intendencia, y sobre todo, en el detenimiento de las acciones militares en puntos no prioritarios de la ofensiva, como Belchite. Durante días y duros combates, el cerco sobre la Villa se fue completando quedando pequeños reductos de resistencia, como el seminario que finalmente caería el 2 de septiembre. La aviación jugó un importante papel tanto en ataque como en aprovisionamiento.
Cuando las tropas alcanzaron el casco urbano, la batalla continuó casa por casa, hasta restringir un último núcleo de resistencia entorno al ayuntamiento y viviendas adyacentes, así como la torre de la iglesia de San Martín. A pesar de los últimos intentos de resistencia y huida de sus defensores, fueron tomados el 6 de septiembre. La batalla de Zaragoza se convirtió en la batalla de Belchite, cambiando una gran ofensiva a una acción bélica que hicieron perder tiempo y gran cantidad de medios del Ejercito Popular. La batalla de Belchite tuvo un segundo episodio en 1938, en la primera fase de la Batalla de Aragón, con la gran ofensiva final del ejército franquista que supuso el principio del fin de la Guerra Civil.
Debido a la feroz defensa realizada en la primera batalla, la propaganda ideológica del bando sublevado adoptó Belchite como un símbolo, con lo cual su toma alcanzó un significado especial. Fue tal la desproporción de las fuerzas, que entre el 9 al 11 de marzo las fuerzas Republicanas fueron derrotadas, y no solo perdieron Belchite si no que también cayeron las poblaciones de Azuara, Almonacid y la Puebla de Albortón.
Este último acontecimiento bélico fue el fin de muchos siglos de historia, ya que poco a poco, la Villa se fue despoblando gradualmente, debido a decisiones políticas y propagandísticas del bando vencedor.
Sus edificios en ruinas, mucha culpa ahora es del paso del tiempo y las inclemencias ambientales, todavía reflejan el dolor del viejo pueblo de Belchite, en ellos todavía se ven los impactos de las balas o los agujeros por el impacto de las bombas aéreas en las pocas cúpulas que quedan en pie en una de sus iglesias.
Este es otro de los muchos recuerdos dolorosos del viejo pueblo, en el cual se recuerda a los caídos, desparecidos, fusilados y a la vida que tenía esta gran Villa. Una de las muchas veces que he visitado el lugar tuve la suerte de poder hablar con un Señor mayor que vivió el conflicto bélico con tan solo 7 añitos, nos comentó de la existencia de unos túneles subterráneos los cuales utilizaban para huir del viejo pueblo durante las batallas, no dudamos ni un momento en buscarlos pero no los encontramos, eso si, en su lugar encontramos el corazón que todavía late de este viejo pueblo recordando a todas esas personas que perecieron en el.